La Conciencia y la Meditación. Estados de la conciencia

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La conciencia y la meditación

Hay varios estados de conciencia que podemos tener. La meditación es una de las más importantes. Los siguientes son estados normales de conciencia
Estamos despiertos experimentando el mundo a través de los 5 sentidos. En ausencia de alguno de estos, perdemos toda la dimensión.
En un momento dado en el estado de vigilia de la conciencia, uno de nuestros sentidos domina, es decir, la vista, el olfato, el tacto, el oído, el sonido o el gusto.

¿Cuál es el propósito de cada uno de estos sentidos?

Queremos experimentar sentimientos de elevación y alegría a través de cualquiera de estos sentidos. Queremos ver algo solo si es una fuente de alegría, no algo que nos entristece. La mente tiene una clasificación más alta que el sentido porque nuestros sentidos tienen una capacidad limitada para disfrutar.
El estado de sueño profundo es el único momento en que tenemos un “descanso realmente bueno”. Pero dormir más puede provocar opacidad, ya que la energía se gasta allí
Recordamos la experiencia en el estado de sueño.
Necesitamos pasar a un nivel superior de conciencia, el cuarto estado de conciencia que todos conocemos por nuestra meditación, también llamado “Shiva”. Este estado ofrece el descanso más profundo posible que podamos tener. La mente se vuelve fresca, delicada y hermosa.

Los cuatro estados de conciencia

1Despertar
2Dormido
3Soñando
4Meditación

La meditación evita que las tensiones ingresen al sistema corporal y se liberan tensiones ya reprimidas. Ambos ocurren simultáneamente y aprovechamos la fuente y la alegría de lo que somos. A medida que este estado nos consume más y más, nos volvemos más felices, todo lo que vemos, sentimos, miramos, nos volvemos más intensos y bellos. Cada uno de nuestros sentidos hace el trabajo de todos los otros sentidos también. Nuestro conocimiento aumenta y se vuelve más intuitivo. Nuestra conciencia nos hace sentir que nuestro cuerpo es parte del todo, parte de la creación completa y toda la creación es parte de nosotros.
Una vez que este cuarto estado se vuelve más y más predominante, más absorbido en nuestra vida diaria, luego pasamos al quinto estado de conciencia, llamado conciencia cósmica. Significa estar consciente de todo el cosmos como parte de ti mismo.
Cuando el mundo es parte de nosotros, fluye tanto amor entre nosotros y el mundo entero. Este estado de conciencia nos da la fortaleza para soportar las fuerzas opuestas en nuestra vida, para tratar con las cosas que nos perturban, la ira y las desilusiones. No nos aferramos a ellos.
El primer resultado de nosotros incrementando la conciencia, es poder dejar emociones negativas. Nos acostumbramos a vivir “en el momento” y dejar de lado las cosas porque no importa cuán buenas sean las personas con las que interactuamos, es probable que haya malentendidos. Un estado de conciencia más elevado es cuando las intuiciones se desarrollan y la capacidad de ver y percibir crece.
El más alto es el más simple. Todo lo que se necesita hacer es aprender a dejarlo ir.

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