CUENTOS Y PARABOLAS. CAMBIAR EL MUNDO
Llegó una vez un profeta a una ciudad y comenzó a gritar, en su plaza mayor, que era necesario un cambio de la marcha del país. El profeta gritaba y gritaba y una multitud considerable acu- dió a escuchar sus voces, aunque más por curiosidad que por interés. Y el profeta ponía toda su alma en sus voces, exigiendo el cambio de las costumbres. Pero, según pasaban los días, eran menos cada vez los curiosos que rodeaban al profeta y ni una sola persona parecía dispuesta a cambiar de vida.
Pero el profeta no se desalentaba y seguía gritando. Hasta que un día ya nadie se detuvo a escu- char sus voces. Mas el profeta seguía gritando en la soledad de la gran plaza. Y pasaban los días... Y el profeta seguía gritando... Y nadie le escuchaba.
Al fin, alguien se acercó y le preguntó: "¿Por qué sigues gritando? ¿No ves que nadie está dis- puesto a cambiar?" "Sigo gritando" -dijo el profeta- "porque si me callara, ellos me habrían cambiado a mí."
LA FRASE PARA MEDITAR O EL CONSEJO:
"Has de hacer del arte tu esclavo, no tu dueño y maestro" WONG SHUN LEUNG
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