EL PARAISO ESTA DENTRO DE UNO MISMO


El paraíso es DIOS que está dentro de nosotros, la divinidad está en nuestro interior. Es nuestro propio espíritu, es la energía que nos permite la vida y nuestro desplazamiento, es la Magna Presencia Yo Soy, el Yo Superior. Recordemos que si nos consideramos solamente espíritus, estamos hechos a imagen y semejanza de DIOS, con todos sus atributos y cualidades. Estar en contacto con nuestra propia divinidad interna es lo máximo a que tenemos derecho a aspirar, es el placer de los placeres, es el contacto con el poder de los poderes. Esta unión con DIOS nos proporciona la verdadera y única felicidad a la cual aspiramos todos los seres humanos. Este es el objetivo y la meta principal que cada ser humano debiera siempre tener en sus respectivas vidas.
Para lograr este único y elevado propósito debemos sentir intensamente y actuar en nuestras vidas con un profundo amor espiritual, generado por nosotros mismos en cada instante de nuestra existencia y que podamos irradiarlo a nuestro alrededor con un sentimiento muy profundo, tan profundo que el resto de las personas sienta esta irradiación invisible como un bienestar de paz y armonía, tal como nos enseñó el Divino Maestro (“De nada le sirve al hombre tener todo el oro del mundo si no tiene amor”). Tan importante es la generación de este amor espiritual, que sin ello, no hay ninguna posibilidad de hacer contacto con nuestra divinidad interior.
Simultáneamente debemos viajar hacia nuestro interior y conocernos muy bien a nosotros mismos, analizar detalladamente nuestro perfil psicológico, conociendo nuestros propios defectos y cualidades psicológicas, y trabajar intensamente en la transmutación de los defectos (orgullo, egoísmo, odio, etc.) en cualidades (humildad, altruismo, amor, etc.). De esta forma “volveremos a nacer” como nos enseña el Divino Maestro y podremos formarnos una aura luminosa electromagnética de luz brillante en torno nuestro debido a que desciende y penetra la energía cósmica o universal a través de nuestros siete centros de energía o chakras atrayendo hacia nuestro interior infinita espiritualidad, paz, alegría del alma, amor cósmico por todo ser viviente, felicidad, bienestar, etc.
Una vez que hayamos conseguido este estado y seamos capaces de conservarlo podremos vivir en nuestro paraíso interno y derramarlo hacia los demás, hacia el exterior, de acuerdo a la ley de correspondencia “como es adentro es afuera”, haciendo nacer y brillar también a nuestro amado planeta Tierra.
Entonces sentiremos un estado especial de amor, paz, integración universal, lo cual nos acerca a la divinidad dentro de nosotros mismos, a nuestro Yo Superior, alma o espíritu.Es nuestro DIOS inmanente que siempre nos está hablando, guiándonos a través de la voz del silencio del Maestro o Cristo Interno, que se manifiesta a través de nuestra conciencia.
QUE CADA SER VIVIENTE LOGRE SU PARAISO INTERNO PARA QUE CRISTO RETORNE NUEVAMENTE A LA TIERRA

                                      FUENTE  http://metanautasolar.blogspot.com/

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