Sobre la Visualización



Para muchas personas esto es algo complicado. Para aquellas personas que tienen más desarrollado el sentido de la audición, el tacto, el olfato o el gusto… visualizar parece ser una tarea imposible.
Y en ello está el error. Porque visualizar, aunque hace referencia concreta al sentido de la vista, no se reduce a ello.
Visualizar es proyectar una experiencia completa que no estamos experimentando en el momento presente, enfocando la energía en que esa visualización sea experimentada en algún punto “x” del tiempo.
Al visualizar estamos eligiendo una opción de las infinitas posibilidades que existen, de manera consciente, con la intención de experimentarla.
Para que la visualización se materialice (experimente en el plano físico) es preciso la experiencia sensorial completa: ver, oir, oler, tocar, saborear… que cada uno de los sentidos físicos esté implicado en la experiencia que se proyecta de la misma manera en que está presente en todas las experiencias que vivimos e incluso en las que forman parte del “pasado”.
Por ejemplo, al sentir miedo, preocupación o ansiedad por algún hecho… la mente se dispara a imaginar diferentes resultados posibles. En muchos casos lo que imaginamos son los peores escenarios. Allí se siente el miedo, la agitación, todos los pensamientos y emociones se agolpan… eso también es visualizar.
Lo que pasa es que lo hacemos desde el aspecto negativo… sin percibir que podemos elegir, mover esa sensación a visualizar los mejores escenarios para resolver una situación.
Y, también, visualizarlo constante y sostenidamente…
La experiencia de visualizar
Claro que lograr esto no es fácil. Conlleva práctica y mucha voluntad.
Lo mejor es ir gradualmente y luego ir “sumando” sentidos.
Comenzando por el sentido que más desarrollado tengas y continuando por los demás…
Cada día, al menos una o dos veces por día, hay que formar la visualización.
Pondré un ejemplo simple: Quieres irte de vacaciones a la playa.
Si tu sentido más desarrollado es el auditivo… concéntrate en las olas rompiendo, la brisa marina, las aves…
Luego agrégale otro sentido, supongamos el olfato: siente el olor del agua salada…
Y suma el tacto: Siente tus pies rozando la arena. Luego ve hacia el agua (se escucha más cerca) y mete tus pies en el agua… percibe el vaivén del agua en tus pies… la temperatura, la sensación del sol en tu rostro.
Ahora sí, abre los ojos y mira el agua… hasta donde te llega… cómo es la playa, en que posición está el sol… y ten cuidado que viene una ola… vas a tragar un poco de agua salada…
¿Lo ves? Tranquilamente se puede iniciar una visualización sin generar una imagen mental primero…
El orden es a tu elección.
Y cada día puedes además sumar detalles a la visualización. Mientras más real sintamos la experiencia, más fácil será sentir su energía en el presente… “movernos a esa frecuencia”.
Prueba… te ayudará mucho también en las meditaciones guiadas, despreocuparte de “ver” y concentrarte en que tus sentidos te muestren la experiencia como mejor saben hacerlo…
¿Para qué?
El objetivo de visualizar es enviar energía a esa situación… y más específicamente hacer coincidir nuestra vibración con la de esa situación. Pues toda situación no experimentada en el presente… vibra a una frecuencia diferente a la que tenemos ahora.
Esto es a lo que nos referimos cuando decimos que debemos “movernos a la frecuencia” de lo que queremos… y visualizar es una técnica que ayuda mucho a lograrlo.

FUENTE; consciencia cuantica
Tamara Gallegos

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